La neuroestimulación consiste en la estimulación del tejido neuronal. Puede ser no invasiva, como la estimulación magnética transcraneal repetitiva,
o puede ser por neuroimplantes. Algunas aplicaciones de la neuroestimulación incluyen tratar la enfermedad del Párkinson, la rehabilitación de lesiones cerebrales, modular los circuitos neurales desregulados implicados en trastornos neurológicos y psiquiátricos, reducir la percepción del dolor, o actuar como elementos de comunicación con un ordenador externo.