Los niños necesitan, ante todo, una atención amorosa, seguridad y espacios protegidos para desarrollarse de forma sana. Si el trauma original de muchas personas, es decir, el trauma simbiótico, se puede originar antes, durante o en el tiempo tras el nacimiento, tiene que ser un cometido especial de la sociedad ofrecer un ambiente social a las mujeres embarazadas, a las madres y a los niños pequeños en el que no sean traumatizados.