Según Guerrero (2014), los docentes tuvieron que elegir entre dos tipos de sistemas educativos: el primero, sistemas formales de educación, que aseguraban la transmisión de un conocimiento riguroso y normalizado.
El segundo, sistemas de educación informales, en los que primaba la espontaneidad del aprendizaje, las experiencias didácticas eran azarosas, pero sin duda mucho más divertidas y motivantes.