Pasa que, aunque el mundo digital haya tomado el control, los medios impresos siguen presentes. Y es que poseen unos rasgos que escapan de lo virtual. La impresión nos ofrece algo real: es tangible, lo tenemos en nuestras manos. Nos gusta tocarlo. Nos gustan más los libros que los e-books, las revistas impresas más que su versión on-line, y nos gusta más una tarjeta de presentación que un contacto más en nuestro teléfono móvil. La publicidad impresa es auténtica, perdura en el tiempo, al contrario de la fugacidad de la comunicación virtual.