Pero Él les respondió: Hasta ahora mi Padre trabaja, y yo también trabajo. Entonces, por esta causa, los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo violaba el día de reposo, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios (cf. Jn 10:30-33; Fil 2:2-8; Col 2:9; Heb 1:1-3, 5-13).