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Carta anual de Bill y Melinda Gates: el año en que la salud global se…
Carta anual de Bill y Melinda Gates: el año en que la salud global se volvió local
Si bien nos queda mucho camino por recorrer hasta que logremos recuperarnos, el mundo ha logrado grandes victorias frente el virus al poner a punto nuevas pruebas, tratamientos y vacunas.
Si la salud de uno está comprometida o si uno teme contraer alguna enfermedad mortal, es difícil concentrarse en otra cosa.
Crear vacunas seguras y efectivas en un laboratorio es solo el comienzo de la historia.
Desde el comienzo de la pandemia, se ha instado a las naciones ricas a recordar que cuando el covid-19 afecta a un lugar cualquiera es una amenaza en todos los lugares
La triste realidad es que el covid-19 podría no ser la última pandemia. No sabemos cuándo llegará la próxima, si será una gripe, un coronavirus o alguna enfermedad que aún no conocemos.
Mantenerse en vida y en buena salud se vuelve una prioridad con detrimento necesariamente de todo lo demás.
El covid-19 se ha cobrado vidas, enfermado a millones de personas y llevado a la economía mundial a una devastadora recesión. 1.500 millones de niños han perdido tiempo de escolaridad y puede que algunos nunca vuelvan a las aulas. Los trabajadores esenciales están haciendo trabajos imposibles corriendo y haciendo correr a sus familiares grandes riesgos. El estrés y el aislamiento han provocado impactos de amplio alcance en la salud mental. Las familias en todos los países han tenido que renunciar a tantos momentos trascendentales de la vida: graduaciones, bodas, incluso funerales.
Si el nuevo coronavirus hubiera aparecido en 2009 en vez de en 2019, el camino hacia una vacuna habría sido mucho más largo.
En el mundo en que vivimos todos estamos conectados biológicamente por una red microscópica de gérmenes y partículas y, nos guste o no, estamos todos en el mismo barco.
Para evitar que se repitan las dificultades de este último año, la preparación ante una pandemia debe tomarse tan en serio como una amenaza de guerra.
Cuando se redacto
nuestra última Carta Anual
, el mundo estaba apenas empezando a comprender lo grave que podía volverse una nueva pandemia de coronavirus.
Tan solo pocas semanas después de haber oído por primera vez la palabra “covid-19” se cerraban todas las oficinas, empresas, negocios y nos uníamos a miles de millones de personas por todo el planeta, adaptándonos a formas de vivir radicalmente diferentes a las que conocíamos.
Somos optimistas y pensamos que se está acercando el final del principio.
Ese tipo de esfuerzo compartido es importante, porque en una crisis global como la actual, uno no quiere que las empresas tomen decisiones impulsadas por un afán de lucro o que los Gobiernos actúen con el objetivo limitado de proteger únicamente a sus propios ciudadanos.
¿Podemos salir de esta pandemia con un mayor nivel de equidad que el que teníamos antes de ella?
El mundo necesita gastar miles de millones para ahorrar billones (y prevenir millones de muertes)
Los Gobiernos deben seguir invirtiendo en las herramientas científicas que nos están ayudando a superar la actual pandemia incluso una vez que la pandemia haya pasado.
https://youtu.be/OJtblo12UxI
Si bien la pandemia ha obligado a muchas personas a asimilar un nuevo vocabulario, también ha aportado un nuevo significado a términos antiguos como “salud global”.
“Ni siquiera es el principio del final. Pero quizás sea el final del principio”. Winston Churchill
No es demasiado pronto para empezar a pensar en la próxima pandemia
https://www.youtube.com/watch?v=cN8I2pNj5Wo