En la subetapa de reacciones circulares secundarias los bebés son capaces de realizar movimientos que les resultan placenteros e interesantes, tanto con su propio cuerpo como con objetos.
Es al final de esta subetapa, concretamente a los 8 meses que el bebé empieza a adquirir la idea de la permanencia del objeto. Es decir, aprende que, aunque no lo vea, toque o sienta, un determinado objeto sigue existiendo, no ha desaparecido como por arte de magia.