“De todas las cosas que existen, algunas existen por naturaleza, otras por otras causas. Por naturaleza, los animales y sus partes, las plantas y los cuerpos simples, como la tierra, el aire, el fuego, el agua; de éstos, en efecto, y de otros parecidos decimos que existen por naturaleza (…) las cosas naturales tienen en sí mismas el principio de movimiento y de reposo (…). En cambio, un lecho, un vestido y cualquier otro objeto de esa clase, en cuanto recibe tales designaciones, es decir, en el grado en que es producto del arte, no tiene ningún impulso natural al movimiento…”