Manifestaciones sistémicas: Son de rápida instalación,
visión borrosa, diplopía, anisocoria, disminución de la agudeza visual, ptosis palpebral, dificultad para hablar, mialgias y mioglobinuria. Trastornos de la coagulación sanguínea,
nauseas, vómitos, sudores, somnolencia, inquietud o agitación. En situaciones graves puede producirse parálisis respiratoria e insuficiencia renal aguda.