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Nombre:
Ariana Correa
El Resucitado es el Crucificado
1. El triunfo de la justicia de Dios
El poder resucitante de Dios se
presentó como garantía de esa esperanza más allá y contra la muerte
No se le da importancia a la identificación de quién ha sido resucitado por Dios.
Este hombre no es otro que Jesús de Nazaret, el hombre que, según los evangelios:
Predicó la venida del reino de Dios a los pobres
Condenado a muerte y ejecutado
Fidelidad a la voluntad de Dios y una radical confianza
Por la identificación, de la narración e interpretación de la vida del crucificado, se entiende de qué se trata en la resurrección de Jesús
3. Esperanza para los crucificados
La actual teología de la resurrección ha superado acertadamente la concepción dolorista del cristianismo.
Símbolos de esperanza
Se ha precipitado demasiado al universalizar ese símbolo.
Sus destinatarios y el lugar hermenéutico de comprensión
Dios resucitó a un crucificado, y
desde entonces hay esperanza para los crucificados de la historia
El mundo de los crucificados, no es un lugar excepcional o esotérico.
No hay que olvidar que son hoy
millones en el mundo los que no simplemente mueren
La resurrección de Jesús es que puede dar esperanza a inmensas mayorías de la humanidad
La resurrección de Jesús es un símbolo
universal de esperanza en la medida en que todos los hombres y mujeres participen en la crucifixión
2. El escándalo de la injusticia que da muerte
La acción victoriosa de Dios en la resurrección de Jesús no debe olvidarse.
La afirmación paulina de que donde abundó el pecado sobreabundó la gracia.
El destino de Jesús entonces se puede replantear al menos en qué consiste el escándalo primario de la historia
Si participamos nosotros también en el escándalo de dar muerte al justo
La resurrección de Jesús no sólo nos plantea el problema de cómo podemos habérnoslas
con nuestra propia muerte futura
El coraje cristiano en la propia
resurrección vive del coraje para superar el escándalo -histórico de la injusticia
Ese escándalo histórico es la mediación cristiana para el escándalo de la propia muerte
4. La credibilidad del poder de Dios a través de las cruz
Los crucificados de la historia esperan la salvación.
Es necesario el poder, pero desconfían por otra parte de lo que sea puro poder.
Las simples promesas no desencadenan necesariamente, por maravillosas que sean, la esperanza
El poder de Dios en la resurrección no es sin más una buena noticia.
La impotencia de Dios es su absoluta cercanía a los pobres y que comparte hasta el final su destino
Lo que la cruz dice en lenguaje humano es que nada en la historia ha puesto límites a la cercanía de Dios a los seres humanos
Pero con esa cercanía pueden realmente creer que el poder de Dios es buena noticia, porque es amor
Los crucificados son quienes más dificultad debieran tener en esa fe y esa esperanza.
El amor transforma las expectativas en esperanza
5. El señorío de Jesús en el presente: la persona nueva y la tierra nueva
Jesús es ya ahora Señor y los creyentes son ya ahora los hombres y mujeres nuevos.
El ideal de la persona nueva toma un rumbo peligroso y anticristiano.
Dan prueba muchas actitudes autoritarias y dogmatistas de la Iglesia con respecto a
los hombres y mujeres.
Se presenta un resucitado sin cruz, un final sin proceso, una transcendencia sin historia, un señorío sin servicio.
Esa libertad y ese gozo son la expresión de que vivimos ya como seres humanos
nuevos, resucitados en la historia
6. Una palabra final a la Iglesia
Con frecuencia es difícil para la Iglesia anunciar la resurrección de Jesús.
El anuncio de la resurrección se vuelve rutinario o símbolo de esperanza universal
El anuncio de la resurrección de Jesús es revelación de Dios que culmina una historia de revelación
Nadie como los crucificados esperan la resurrección, pero mantienen esa esperanza
recordando la vida y muerte de Jesús.
La fidelidad a la historia según el seguimiento de Jesús le hará esperar un final bienaventurado
No hay otro lugar para poder hablar cristianamente de la resurrección de Jesús.
Cuando eso no ocurre, sobreviene la sensación de impotencia para hablar de la resurrección
La razón para ello no es otra que en los crucificados de la historia se hace hoy presente Jesús