Es, por de pronto, un proceso entre ser humano y naturaleza, un proceso en el cual el ser humano media, regula y controla mediante su propia actividad su metabolismo con la naturaleza. El ser humano se enfrenta con la materia natural como fuerza natural él mismo. Pone en movimiento las fuerzas naturales pertenecientes a su corporeidad –brazos y piernas, cabeza y manos–, con objeto de apropiarse la materia natural en una forma utilizable para su propia vida. Mediante ese movimiento obra en la naturaleza externa a él y la altera, y así altera al mismo tiempo su propia naturaleza. Desarrolla las potencias que dormían en ella y somete a su propio dominio el funcionamiento de sus fuerzas.