REHABILITACIÓN DE PROBLEMAS ESPECIALES EN EL ADULTO MAYOR.
ENFERMEDAD CEREBROVASCULAR
REHABILITACIÓN CARDIORRESPIRATORIA
REHABILITACIÓN DE LAS FRACTURAS DEL TERCIO SUPERIOR DEL FÉMUR
Causa principal de morbilidad y mortalidad, son causantes de grandes limitaciones en la autonomía de la persona mayor.
MEDIDAS DE REHABILITACIÓN RESPIRATORIA A UTILIZAR:
MEDIDAS DE REHABILITACIÓN CARDIOVASCULAR A UTILIZAR:
El drenaje postural mediante palmoteo, uso de vibrador o de agentes físicos.
Lograr una adecuada postura para la alimentación, porque una mala posición condiciona importantes consecuencias.
La reeducación muscular mediante ejercicios respiratorios donde el paciente tome aire por la nariz con la boca cerrada y lo bote por la boca.
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• Intensidad: Debe alcanzarse del 70 al 85% de la frecuencia cardiaca máxima (FCm) correspondiente, realizándose de la siguiente manera: 220 (valor constante) - la edad del paciente, el resultado es igual al 100%. Luego, por regla de tres, determinar la frecuencia al 70%.
• Duración: Períodos de 20 a 30 minutos, calentamiento de 5 a 10 minutos, enfriamiento de 5 a 10 minutos.
• Frecuencia: Tres veces por semana, no más de dos días entre sesión y sesión.
Tipos de ejercicio: El ejercicio físico debe ser individualizado, isotónico y aeróbico (calistenia, caminatas, trotes, bicicleta, natación).
Entre las secuelas fundamentales de los accidentes cerebro vasculares (ACV) están las hemiparesias y las hemiplejías. Los síntomas discapacitantes de estos síndromes pueden ser parálisis, trastorno de la sensibilidad, desfasamiento sensitivo-motor, alteración del esquema corporal, trastornos posturales, trastornos del lenguaje y/o trastorno de las funciones mentales
LOS OBJETIVOS DEL TRATAMIENTO REHABILITADOR EN ESTOS PACIENTES SON:
• Evitar la inmovilidad • Conseguir la máxima estimulación y activación psicológica • Alcanzar la mayor independencia posible en las AVD • Lograr la marcha funcional • Adquirir el desarrollo de un lenguaje básico (si existiera trastorno de la comunicación)
Los ACV pueden presentar 2 fases: aguda y crónica.
En la FASE CRÓNICA. Los puntos principales del tratamiento rehabilitador en el paciente hemipléjico fuera de la fase aguda podemos resumirlos en: • Contrarrestar la espasticidad para reducirla. • Aumento del tono muscular con la activación mediante estimulación sensorial propioceptiva y táctil, cuando existe flacidez. • Disociación de los patrones masivos para obtener patrones motores más selectivos y funcionales; no permitir el esfuerzo en los estados espásticos. • Facilitación y estimulación para obtener reacciones de enderezamiento, equilibrio, extensión defensiva y sostén del brazo y la mano.
En la FASE AGUDA el tratamiento debe ser: • Postural, colocando al paciente en una posición fisiológica normal. • Movilizar el lado afectado del paciente en forma pasiva (sin la colaboración del enfermo). • Sentar al paciente lo antes posible (sedestación precoz). • Trabajar sobre la conciencia del movimiento, mediante la indicación de ejercicios con el lado sano y su reproducción en el lado afectado. • Estimular el lado indemne mediante ejercicios físicos y finalmente mediante el desplazamiento, comenzando con una bipedestación estática (que el paciente se ponga de pie) y luego dinámica (marcha).
La fractura de cadera es uno de los eventos más frecuentes y más temidos de la morbilidad en las personas mayores. La alta frecuencia de mortalidad asociada a sus complicaciones y el alto porcentaje de secuelas que produce en la autonomía funcional del que la sufre, lo justifica.
REHABILITACIÓN POSTQUIRÚRGICA:
REHABILITACIÓN EN LOS CASOS QUE SE CONTRAINDIQUE LA CIRUGÍA.
REHABILITACIÓN PREQUIRÚRGICA:
Se lleva a cabo con el objetivo de evitar complicaciones y preparar al paciente para la etapa posterior. Incluye el tratamiento postural del miembro inferior afectado, fortalecimiento del miembro superior y el miembro indemne, unido a ejercicios para aumentar la capacidad respiratoria y evitar complicaciones de este tipo en el acto quirúrgico.
EN LA PRIMERA FASE: A las 24 horas se inician ejercicios activos de la extremidad superior y la inferior indemne, para mejorar el tono y la potencia muscular, tratando de evitar complicaciones tromboembólicas.
EN LA SEGUNDA FASE: A partir de la segunda semana iniciaremos la bipedestación y deambulación sin carga, salvo en los casos que el método de tratamiento quirúrgico nos permita una carga prematura (siempre según el criterio del ortopedista) con el paciente ayudado mediante andador o muletas y el adiestramiento de la deambulación. Se seguirá la potenciación muscular por áreas y los ejercicios respiratorios.
EN LA TERCERA FASE: Se comienza en el momento en que el paciente inicia ejercicios con carga, aunque sea parcialmente. El objetivo del tratamiento es la recuperación total de la potencia muscular y la reeducación de la marcha en barras paralelas y posteriormente con bastones. Hay autores que recomiendan, según la edad, mantener un bastón en el lado contralateral.
En el paciente mayor con factores de riesgo predisponentes determinados, se hace necesario una evaluación exhaustiva por parte del geriatra, creando una condición favorable para el acto quirúrgico.
Estos casos se asocian a mal pronóstico funcional. La inmovilización suele durar de seis a ocho semanas, y es importante prevenir discapacidades secundarias tales como úlceras por decúbito, atrofias por desuso, contracturas y descondicionamiento general. En todos estos pacientes es importante el uso de calzado apropiado para la correcta deambulación, y si existe acortamiento de miembros, el uso de calzado con realce según la diferencia. Se aconseja por los especialistas el uso de andador al inicio de la marcha, ya sea el convencional o con andaderas hechas con medios propios.
Ma. PAULINA HIDALGO