Frente a una sociedad preindustrial, analfabeta y jerárquica, “desestructura ocupacional rígida y escasa densidad de comunicaciones”, que caracterizaba a épocas pasadas, según el Informe para la Unesco (1996), se alza una sociedad cada vez más industrial, básicamente alfabetizada, claramente antijerárquica, de participación ciudadana e intensamente comunicada.