Torndike encerraba a un gato en una caja y al pie de la puerta ponía un poco de comida. Si el gato tocaba un artefacto a la puerta, ésta se abría. Por lo tanto, el gato, una vez dentro comenzaba a explorar toda el área hasta que sin intención tocaba el artefacto y la caja se abría, pero al volverlo a meter, el gato no comprendía aún qué había sido lo que abrió la puerta, por lo tanto volvía a explorar la caja hasta que lo volvía a hacer, pero esta vez tardaba menos tiempo. Luego de muchos intentos, entonces el gato ya comprendía que para salir debía tocar el artefacto.