La autonomía hay que fomentarla en todos los aspectos de la vida del niño: hábitos (alimentación, higiene, salud,…); interacciones sociales; desarrollo intelectual, (dotarles de herramientas para el aprendizaje como libros, juegos,…); el ocio ,(qué jueguen y decidan cómo jugar) ; y diversas responsabilidades, (darles tareas desde pequeños y que estas vayan aumentando progresivamente con la edad).
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