Los campesinos libres, que trabajaban los mansos y tenían que pagar impuestos de renta al señor. Todos los campesinos debían pagar también el diezmo a la Iglesia y prestar servicios personales a sus señores (servir en su mesa, reparaciones en castillos, trabajar la reserva señorial…) Trabajaban todos los días en largas jornadas, con herramientas muy atrasadas. Usaban el abono natural del estiércol de los animales, aplicando la técnica de barbecho, bienal habitualmente, lo que daba escasos beneficios. Los principales cultivos eran los cereales (trigo para el pan y cebada para pan y cerveza), legumbres y hortalizas. La base de su alimentación era precisamente el pan.