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EL INVERSOR INTELIGENTE - Coggle Diagram
EL INVERSOR INTELIGENTE
Inversión en contraposición a especulación
Una operación de inversión es aquella que después de realizar un análisis exhaustivo, promete la seguridad del principal y un adecuado rendimiento.
Existe una distinción entre inversión y especulación con acciones ordinarias, estas siempre han sido útiles, y el hecho de que esa distinción este desapareciendo es motivo de preocupación
De acuerdo con una concepción conservadora, todos los no profesionales que operen a margen deberían reconocer que están especulando ipso facto y es su obligación comunicar dicha especulación
Resultados que puede esperar el inversor defensivo
Inversor defensivo
Es aquel que esta principalmente interesado en la seguridad y no en tener que molestarse mucho en la gestión de sus inversiones.
¿Qué vía de actuación debería seguir? y ¿Qué rendimientos podría esperar?
Que dijimos hace seis años
Se recomienda que el inversor dividiese su cartera entre obligaciones de primera categoría y acciones ordinarias de primer orden; que la proporción destinada a obligaciones nunca fuese inferior al 25%, ni superior al 75%.
¿Qué ha ocurrido desde 1964?
Incremento de los tipos de interés ofrecidos por las obligaciones de primera categoría
Posibilidad de que el precio de las acciones pudiese ser demasiado elevado y estar sujeto a un severo declive en última instancia
Se advierte que una obligación a largo plazo puede experimentar grandes variaciones de precio en respuesta a los cambios de interés.
Se ha demostrado que el futuro de los precios de los valores nunca puede darse por sabido por adelantado
Expectativas y politica a finales de 1971
Hacia finales de 1971 era posible obtener un interés sujeto a tributación del 8% con obligaciones empresariales a medio plazo de buena calidad, y del 5,7% exento de tributación con unas buenas obligaciones estatales o municipales.
¿Qué vía debería seguir el inversor en las condiciones actuales, si no tenemos ningún motivo sólido para predecir ni un movimiento sustancial al alza ni un movimiento sustancial a la baja durante un cierto período en el futuro?
En primer lugar, hemos de destacar que si no se producen cambios adversos serios, el inversor defensivo debería estar en condiciones de contar con el actual rendimiento por dividendo del 3,5% respecto de su inversión en acciones y también en una apreciación anual media de aproximadamente el 4%.
Nunca debemos perder de vista el hecho de que los pagos de intereses y principal de las obligaciones de buena calidad están mucho mejor protegidos y, por lo tanto, son más seguros que los dividendos y las revalorizaciones de las acciones.
Conceptos complementarios
Adquisición de acciones de fondos de inversión bien establecidos como alternativa a la creación de su propia cartera de acciones.
Promediar el coste en unidades monetarias, que significa simplemente que quien emplea este método invierte en acciones el mismo número de unidades monetarias cada mes o cada trimestre.
Recurrir a uno de los «fondos de inversión común o fondos combinados gestionados por empresas de inversión y bancos en muchos estados; alternativamente, si cuenta con cantidades sustanciales, puede utilizar los servicios de una firma de asesoramiento de inversión reconocida.
Resultados que puede esperar el inversor agresivo
Comportamientos que los inversores han seguido para obtener resultados
Operar siguiendo al mercado
Esto supone por lo general comprar acciones cuando el mercado evoluciona al alza y venderlas después de que haya alcanzado el punto de inflexión y esté evolucionando a la baja.
Las acciones elegidas estarán, con toda probabilidad entre las que se hayan estado comportando mejor que la media del mercado.
Selectividad a corto plazo
Esto significa comprar acciones de empresas que declaran, o que está previsto que declaren, un aumento de beneficios, o de empresas respecto de las cuales se prevé algún otro tipo de acontecimiento favorable.
Selectividad a largo plazo
En este terreno normalmente se hace hincapié en los excelentes resultados de crecimiento en el pasado, que se considera probable que se mantengan en el futuro.
En su esfuerzo por elegir las acciones más prometedoras ya sea a corto o largo plazo, el inversor se enfrenta a obstáculos de dos tipos, el primero derivado de la falibilidad humana y el segundo de la naturaleza de su competición.
La especulación siempre es fascinante, y puede ser muy divertida siempre y cuando sus resultados sean favorables.
Es necesario analizar exhaustivamente la empresa y la solidez de sus negocios subyacentes, antes de comprar sus acciones.
Es necesario protegerse deliberadamente frente a pérdidas graves.
Se debe aspirar a unos resultados «adecuados», no a unos resultados extraordinarios.
El inversor y la inflación
La inflación, y la lucha contra ella, han centrado buena parte de la atención del público en los últimos años. La reducción del poder de compra del dinero en el pasado, y en particular el temor de otro declive grande adicional en el futuro, han influido en gran medida en la forma de pensar de los mercados financieros.
Muchas autoridades financieras han llegado a la conclusión de que las obligaciones son una forma de inversión inherentemente indeseable, y en consecuencia, las acciones ordinarias son por su propia naturaleza, instrumentos de inversión más deseables que las obligaciones.
Está claro que las personas que tienen unos ingresos fijos en términos monetarios sufrirán cuando el coste de la vida aumente, y lo mismo cabe decir de los que tienen una cantidad de principal fija en términos monetarios.
Al existir un incremento en la inflación traerá varias consecuencias
Eliminaría, en forma de mayores costes de vida, aproximadamente la mitad de los ingresos que se pueden obtener en la actualidad con las obligaciones, de buena calificación, a medio plazo exentas de tributación (o de nuestro hipotético equivalente después de impuestos obtenido con obligaciones empresariales de la mejor calificación).
¿Puede estar el inversor razonablemente seguro de que va a conseguir mejores resultados comprando y conservando instrumentos que no sean calificaciones de la máxima categoría, incluso con el tipo de interés sin precedentes que se ofrecía en 1970-1971?.
¿No sería, por ejemplo, un programa compuesto íntegramente por acciones preferible a un programa que estuviese compuesto en parte por acciones y en parte por obligaciones?
¿No ofrecen las acciones ordinarias una mejor protección intrínseca frente a la inflación, y no es prácticamente seguro que van a ofrecer una mejor rentabilidad a 1o largo de los años que la de las obligaciones?
¿No ha sido a la hora de la verdad mejor el tratamiento recibido por el inversor con las acciones que con las obligaciones a lo largo de los 55 años de duración de nuestro estudio?
La respuesta a esta pregunta esencial tiene que ser un no tajante. Las acciones ordinarias pueden conseguir mejores resultados en el futuro que en el pasado, pero que lo logren dista mucho de ser un hecho seguro
A la hora de abordar esta cuestión tenemos que hacer frente a dos diferentes períodos temporales de referencia en los que se deben encuadrar los resultados de las inversiones.
Inflación y beneficios empresariales
Otra forma muy importante de abordar esta cuestión consiste en
estudiar el tipo de beneficios sobre el capital generado por las empresas
Dicho tipo, evidentemente, ha fluctuado junto con el tipo general de actividad económica, pero no ha mostrado una tendencia general a aumentar con los precios al por mayor o con el coste de la vida.
El inversor no puede contar con obtener un tipo muy superior al tipo quinquenal más reciente obtenido por el grupo DJIA: aproximadamente el 10% sobre el valor neto de los activos tangibles (valor contable) subyacente a las acciones.
En los ciclos económicos del pasado, las épocas de bonanza iban acompañadas por un incremento del nivel de los precios y las malas rachas por una reducción de los precios
Alternativas a las acciones como cobertura frente a la inflación
La política ordinaria de las personas de todo el mundo que
desconfían de su divisa ha sido comprar y conservar oro.
La prácticamente absoluta inutilidad del oro para proteger frente a una pérdida del poder de compra del dinero debe arrojar serias dudas frente a la capacidad del inversor ordinario para protegerse frente a la inflación colocando su dinero en cosas.
La propiedad directa de bienes inmuebles ha sido considerada, tradicionalmente como un sensato programa de inversión a largo plazo, que aporta una importante protección frente a la inflación.
la diversificación no resulta viable para el inversor que cuenta con medios moderados, salvo que se recurra a diversos tipos de participaciones con otros y con los riesgos especiales que conllevan las nuevas salidas al mercado, que no son muy diferentes de la situación que se da en el mercado de valores.