La mayor biodiversidad marina de Europa se esconde bajo las aguas españolas, que abarcan 3 regiones muy diferentes entre sí: el Mediterráneo, Canarias y el Atlántico. Allí se encuentran auténticos paraísos submarinos, ecosistemas de altísimo valor natural como los arrecifes de coral, que contribuyen a reducir los efectos del calentamiento global por su capacidad de fijar CO2, o las praderas de Posidonia oceánica, fundamentales para su equilibrio y salud, así como montañas y cañones submarinos, a las que numerosas especies se acercan en busca de alimento, etc.