En un entorno informático existen una serie de recursos (humanos, técnicos, de infraestructura…) que están expuestos a diferentes tipos de riesgos: los `normales’, aquellos comunes a cualquier entorno, y los excepcionales, originados por situaciones concretas que afectan o pueden afectar a parte de una organización o a toda la misma, como la inestabilidad política en un país o una región sensible a terremotos.