Y con este amo Lázaro lo pasará igual que con los demás: se morirá de hambre. La diferencia principal de este tratado con los demás es que, en este, el joven no podrá robarle comida a su amo porque este no dispone de ella. Así que se verá obligado a ingeniárselas para comer él pero también para que su amo pueda alimentarse.
El escudero es un hombre que, ante todo, quiere aguardar las apariencias y, por muy muerto de hambre que esté, nunca pedirá limosna, comida ni tampoco se pondrá a trabajar. Quiere mantener su estatus aunque su vida dependa de ello. Al final, el casero vendrá a cobrarle el alquiler, algo que el escudero no podrá pagar y, por ello, se marchará de casa abandonando a Lázaro a su suerte.