El asesinato les ofrece un intenso placer, pero efímero, por lo que muchos de ellos, se llevan un objeto de la víctima o incluso una parte de la víctima, como joyas, ropa, un mechón de pelo, o hagan fotografías o videos. Otros guardan recortes de periódicos o graban las noticias de sus crímenes que se difunden por televisión.