Please enable JavaScript.
Coggle requires JavaScript to display documents.
XVI el siglo de las colonias - Coggle Diagram
XVI el siglo de las colonias
Como era su costumbre, luego de la primera misa de la mañana se reunió con su confesor y este le
pidió un favor singular, que auscultara a la esposa de un capitán que pronto partiría a la isla
Hispaniola en un galeón del Rey Don Felipe II, ya que él notaba que la salud de su joven mujer estaba
muy deteriorada. El Dr. Hernando Padilla de la Herrera aceptó gustoso la solicitud e indicó que le
esperase la señora en su consultorio ubicado a media legua del puente sobre el río Manzanares en el camino a Toledo
Acompañada de su madrina, la citada dama llegó a la consulta, vestida totalmente de negro y
cubierta con una amplia mantilla sevillana. Casi no hablaba, solo gemía. Habló por ella su
acompañante y señaló que tenía una llaga indolora en las partes pudendas y una especie de
sarpullido en la espalda y muslos. Lo único que dijo la doliente es que con el único hombre que yacía
era con su marido y lo juró en nombre de la sagrada Virgen de la Almudena y de todos sus ancestros;
pasó a llorar desconsoladamente. Con muchos escrúpulos de su parte y ayudado con una especie
de puntero de madera, el médico observó las lesiones, con una actitud de que estaba atendiendo a
un apestado; concluyó para sí que sin duda se trataba de un caso de morbus gallico, tal como lo
describía Girolamo Fracastoro en las obras que había leído cuando estudiante y consideró en la
1 more item...
Esa noche no pudo dormir pues muchas ideas perturbaban su paz cristiana. Hernando siempre
dormía solo, en una especie de celda. Había mantenido muy pocas relaciones maritales con su
esposa, solo las necesarias para concebir a sus dos hijas. Nunca, ni por asomo, había visto desnuda
a su consorte y cuando le venían ideas o imágenes al respecto realizaba penitencias, algunas de ellas
prescritas por su confesor. Era toledano de nacimiento, hijo de un noble comerciante, entre otras
cosas, de las famosas espadas de Toledo. Tenía un hermano mayor con el que hace algunos años se
trasladó a Madrid para ganar un puesto social importante en la nueva capital del Reino proclamada
recién en 1.561 por Felipe II y disponer así de un punto estratégico de relevancia comercial. Cuando
nació su hermana, su madre murió desangrada sin que la comadrona que la atendió en su propia
1 more item...
Él estudió medicina por pedido e interés de su padre, para que la familia mostrara señales de la
nueva cultura de la modernidad; practicó en Toledo, tanto en el antiguo Hospital de Santa Cruz y
algo en el Hospital de San Juan Bautista, mejor nombrado como Hospital Tavera en honor a su
fundador el Arzobispo de Toledo Juan Pardo de Tavera. En estos hospitales se trataban todas las
enfermedades no contagiosas, de larga duración e inclusive se atendía enfermos incurables. Luego,
en Madrid tenía la consulta en su casa y poco visitaba los hospitales. Le llamaba la atención un
pequeño hospital ubicado cerca de su casa, a pocos pasos de la Puerta de Toledo, inicio de la
carretera a la antigua ciudad imperial distante catorce leguas de Madrid. Este pequeño hospital
franciscano de quince camas, a veces demandaba de su ayuda. Rondaba en la tradición de los
1 more item...
De mal semblante y ojeroso buscó temprano en la mañana a su confesor para expresarle estas
nuevas preocupaciones, sobre todo las de orden moral pues no entendía del todo el humanismo del
que hablaban algunos de sus amigos, conocidos y familiares que venían de otros países de Europa.
Señalaban con interés las ideas de Erasmo y Tomás Moro; él no las entendía pero le parecían ajenas
a su fe que era alimentada en las homilías dominicales del Arzobispo en la Iglesia de Santa María de
la Almudena. Sus colegas se molestaban por sus comentarios en contra del Apóstol de los Indios,
Fray Bartolomé de las Casas, pues opinaba que a quienes decía defender, no eran personas y menos
tenían alma; se dio cuenta que sus contertulios mantenían silencio y sutilmente se alejaban cuando
celebraba las acciones inquisitoriales realizadas por Torquemada en persecución de los judíos
1 more item...
Se intensificó su angustia cuando tuvo en sus manos unos frascos de remedios preparados
artesanalmente en serie, bajo la indicación y supervisión de químicos-farmaceutas, muchos de los
cuales contenían especies traídas de América y que se expendían en las farmacias de Milán,
facilitando que los muchos médicos graduados en Bolonia, Padua, Nápoles, Salamanca los
prescribiesen a sus pacientes. Quedó en sus manos un frasco de cinchona, puso un chorrito de este
elixir en su copa de licor de Jeréz; bebió la pócima de un solo golpe y le supo amarga pero sabrosa y
bebió varias copas más, tanto que sintió sueño y paz, el cuerpo le quedó temperado y en esa
condición lo dejaron acurrucado en su cama matrimonial, mostrando una mueca que denunciaba
algo de placer.
1 more item...