Si bien los niños dentro del ámbito familiar ya han necesitado de los usos secundarios del lenguaje -para apelar a lo ausente, a lo imaginario, a lo posible, a lo que ocurrió en una instancia temporal anterior-, es decir, de los usos que separan lo lingüístico-discursivo del contexto de la enunciación, es importante comprender que en la escuela este uso secundario del lenguaje se irá convirtiendo en un uso sistemático por diferentes razones