EL VISCEROCRÁNEO, QUE CONSTA DE LOS HUESOS DE LA CARA, SE FORMA PRINCIPALMENTE A PARTIR DE LOS DOS PRIMEROS ARCOS FARÍNGEOS . EL PRIMER ARCO ORIGINA UNA PARTE DORSAL, LA APÓFISIS MAXILAR, QUE SE EXTIENDE HACIA ADELANTE DEBAJO DE LA REGIÓN DEL OJO Y PRODUCE EL MAXILAR, EL HUESO CIGOMÁTICO Y PARTE DEL HUESO TEMPORAL. LA PARTE VENTRAL, LA APÓFISIS MANDIBULAR, CONTIENE EL CARTÍLAGO DE MECKEL. EL MESÉNQUIMA ALREDEDOR DE ÉSTE SE CONDENSA Y SE CONVIERTE EN HUESO MEDIANTE LA OSIFICACIÓN INTRAMEMBRANOSA PARA DAR ORIGEN A LA MANDÍBULA. EL CARTÍLAGO DE MECKEL DESAPARECE SALVO EN EL LIGAMENTO ESFENO-MANDIBULAR. EL EXTREMO DORSAL DE LA APÓFISIS MANDIBULAR, JUNTO CON EL DEL SEGUNDO ARCO FARÍNGEO, ORIGINA EL YUNQUE, EL MARTILLO Y EL ESTRIBO.
LA OSIFICACIÓN DE LOS TRES OSÍCULOS EMPIEZA EN EL CUARTO MES, , DE MANERA QUE SON LOS PRIMEROS HUESOS EN QUEDAR TOTALMENTE OSIFICADOS. EL MESÉNQUIMA CON QUE SE FORMAN LOS HUESOS DE LA CARA DERIVA DE LAS CÉLULAS DE LA CRESTA NEURAL, INCLUIDOS LOS HUESOS NASALES Y LAGRIMALES.
EN UN PRINCIPIO LA CARA ES PEQUEÑA EN COMPARACIÓN CON EL NEUROCRÁNEO. ESO SE DEBE A: 1) AUSENCIA DE LOS SENOS RESPIRATORIOS PARANASALES, Y 2) AL TAMAÑO DE LOS HUESOS, EN ESPECIAL DE LAS MANDÍBULAS. LA CARA PIERDE SUS RASGOS DE BEBÉ AL BROTAR LOS DIENTES Y AL APARECER LOS SENOS RESPIRATORIOS.