Desarrollo social: se caracteriza por una disminución de la influencia del grupo de pares, cuyos valores se hacen menos importantes a medida que el adolescente se siente más cómodo con sus propios principios de identidad.
Las amistades se hacen menos y más selectivas.
El joven se reacerca a la familia, aumentando gradualmente la intimidad con sus padres.
Ya ha alcanzado un grado suficiente de autonomía, se ha convertido en una identidad separada de su familia, y ahora puede apreciar los valores y la experiencia de sus padres, y buscar su ayuda, pero en un estilo de interacción, mejorando la relación padre e hijo.