La industrialización y la urbanización han intensificado la contaminación y los riesgos para la salud ambiental, especialmente en los países en desarrollo. La contaminación atmosférica; (i) el envenenamiento por plomo; (i) la falta de suministro de agua, saneamiento e higiene, y los desechos peligrosos provocan enfermedades debilitantes y fatales, generan condiciones de vida nocivas y destruyen los ecosistemas. La contaminación entorpece el crecimiento económico y exacerba la pobreza y la desigualdad, tanto en zonas urbanas como rurales. Los que más sufren son los pobres, quienes no están en condiciones de protegerse de los impactos negativos de la polución.