La doctrina del justicialismo está concebida en términos extremadamente generales, adolece de excesos retóricos, imprecisiones y falta de coherencia. Se compone de enunciados muy vagos sobre la justicia social, la independencia económica de Argentina, los afanes de “continentalización” del justicialismo, la vocación argentina de ser una gran potencia y la llamada “tercera posición”, alejada del “demoliberalismo capitalista, puramente individualista, y del colectivismo del marxismo dogmático internacional”, en la política exterior