La ley de los tres estados era, según Augusto Comte, su principal aportación a la sociología, una ley fundamental para que el conocimiento humano, la ciencia, la cultura y la sociedad en su conjunto, puedan progresar. Constituye una crítica a la metafísica y a la religión, y al mismo tiempo, una defensa del positivismo. Así, reclama una nueva clasificación de las ciencias.