La resiliencia, directa e indirectamente, ha estado ligada desde sus inicios a la salud. Como se ha reflejado previamente, la misma se ha asociado a una menor presencia, en ocasiones nula, de psicopatología en población que ha estado expuesta a situaciones de adversidad (Werner y Smith, 1982, 1992). Incluso el propio concepto de resiliencia se ha llegado a enten- der como la ausencia de psicopatología.