Ante todo un profundo sentimiento, un espíritu de colaboración, solidaridad y camaradería diametralmente opuesto a cualquier tipo de fantasía o egoísmos individualistas, personalidad disciplinada, unas condiciones personales y un
modo de actuar que impidan la sumisión y la explotación del hombre por el hombre, una solida formación política, capacidad para conocer los enemigos del pueblo así como para combatirlos.