Ya que los átomos de los metales tienen pocos electrones en su última capa, por lo general 1, 2 ó 3, éstos pierden fácilmente esos electrones (electrones de valencia) y se convierten en iones positivos, por ejemplo: Na+, Cu2+, Mg2+. Los iones positivos resultantes se ordenan en el espacio y forman la red metálica.