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LA INTEGRIDAD, LA RAÍZ Y FIN DE LA ÉTICA, Sellés, F.(S/F). Antropología…
LA INTEGRIDAD, LA RAÍZ Y FIN DE LA ÉTICA
Las virtudes son superiores a las normas porque son más estables, y la persona la asume más.
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Las dos únicas vías humanas de acceso a todos los bienes, al bien sin restricción son la inteligencia(normas) y la voluntad (virtudes).
El conocimiento y la voluntad son dos ventanas de la naturaleza humana abiertas al bien, susceptibles de crecimiento.
Por la razón lo conocemos, y al conocerlo surgen las normas, y a través de la voluntad, porque por ésta lo queremos, y al hacerlo se fraguan en ésta las virtudes.
Los sentidos apetitos, sentimientos sensibles, etc. tienen que ver con unos bienes muy reducidos, no con la totalidad de ellos ni con el bien último.
El bien atrae, provoca la apertura del ser persona, y las normas y las virtudes potencian la apertura de nuestra esencia.
LA ACCIÓN HUMANA
La acción es la mediación, el hilo que ata, entre lo interno del hombre y lo externo a él.
Entre aquello interno del hombre que se abre a la totalidad de lo real (inteligencia y voluntad) y la realidad exterior.
toda acción transformadora consciente y querida es, se quiera o no, ética.
El hombre al actuar no puede dejar de mejorar (virtud) o empeorar (vicio). Esa es la distinción mayor entre la acción humana y la de los animales y máquinas.
Es nuestra intervención eficaz en el curso de los acontecimientos reales. trasciende fuera de nosotros modificando la realidad sensible, cambia el curso de los acontecimientos.
Es libre, atravesada de sentido humano, y es expresión de nuestro amor, nuestra aceptación o rechazo, de nuestra donación o retraimiento.
Como la vida del hombre en el mundo es síntesis de tiempo y eternidad, el hombre sin actuación en el tiempo no es viable,
La acción es el hacer capaz de humanizar el mundo (pero también de deshumanizarlo, incluso de destruirlo).
La acción es manifestación así mismo de que no cabe aceptar y dar sin don, es decir, sin obras: "obras son amores y no buenas razones"...El hombre aporta porque es donación.
El hombre puede sacarle más partido al mundo transformándolo, humanizándolo.
RAÍZ Y FIN DE LA ÉTICA
La raíz de la ética es antropológica, es la persona misma, El ser que cada uno es se encarga de vitalizar su naturaleza y esencia humanas.
La persona no es ajena a su naturaleza y esencia humanas, sino que las activa, las abre, les otorga personalidad, las vuelve libres.
La persona humana organiza su vida histórica respecto del ser personal que es y está llamada a ser. De modo que la ética consiste en organizar el mundo de acuerdo con la esperanza personal.
la persona no sólo es la condición de posibilidad de la acción humana, y por ello de la ética, sino también su fin.
Uno es el beneficiario de su acción, o también la víctima. La acción es suya.
La ética amplía el radio de acción de la libertad personal humana, posibilita su expansión. la ética es para la libertad, no la libertad para la ética.
Si la ética depende de la libertad una ética es tanto más valiosa cuanto más manifiesta y encauza la libertad personal. En caso contrario, es teóricamente reductiva y vitalmente perjudicial.
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Sellés, F.(S/F). Antropología para inconformes: La integridad, la raíz y fin de la ética. p. 267-273
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