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América como conciencia - Coggle Diagram
América como conciencia
Justificación de una tarea
Críticas a la búsqueda de una filosofía americana
La primera corriente aparece como fiel seguidora de la gran tradición filosófica occidental.
Esta persigue la solución de los problemas que de acuerdo con esta filosofía forma la temática de lo que se considera auténtica filosofía.
Esta se considera universalista.
La segunda, por el contrario, solo se preocupa por temas que pertenecen a la historia, la sociología o la psicología.
Esta se considera historicista.
México se considera parte de esta segunda teoría.
Su historicismo se ha visto como una peligrosa desviación del camino que conduce al auténtico filosofar.
No todos los estudiosos siguen esta teoría otro siguen el universalismo, el tomismo, la filosofia de los valores, la filosofía critica, la fenomenología, etc.
La filosofía, se dice a modo de crítica, es algo universal y eterno, no se la puede someter a determinaciones geograficas y temporales.
Nuestra filosofía no debe limitarse a los problemas propiamente americanos, si no a los de la humanidad.
Debe intentar alcanzarse una verdad válida para todos los hombres, aunque de hecho no sea puede lograr.
Lo americano sería un punto de partida a algo más amplio.
El hacer pura y simplemente filosofía hará que lo americano se dé por añadidura.
¿Hacemos autentica filosofía?
Hace referencia a que si los problemas que nos hemos planteado dentro de la universalidad son auténticos problemas aporías, "callejones sin salida" a los que hemos tratada de solucionar.
Los grandes filósofos, según la historia de la filosofía, se han puesto simplemente a filosofar sin más.
Se han puesto a resolver una serie de problemas que su circunstancia reclamaba.
Sus soluciones y problemas eran filosóficos y su filosofar trascendía limitaciones espaciales y temporales.
Lo griego, francés o alemán de su filosofía fue dado por añadidura.
Más que los griego, francés o alemán se les dió lo humano.
No hemos filosofado en autenticidad pura.
Nos preocupa la filosofía como oficio.
Creemos que la filosofía es reflexionar sobre lo reflexionado por otros, o encuadrar nuestro pensamiento a los sistemas con los que nos encontrábamos.
Los problemas filosóficos nos interesan pero no los sentimos como propios, solo nos interesan porque sabemos que eso es filosofía.
No filosofamos, únicamente nos preocupamos por repetir eso que llamamos filosofía.
El autentico filosofo sólo se preocupa por filosofar, nosotros nos preocupamos porque esta actividad se pueda llamar filosofía.
Filosofar es hacer auténtica filosofía
Para hacer filosofía, debemos filosofar sin preocuparnos por hacerla.
Debemos enfocarnos en resolver nuestros problemas.
Al igual que los filosofos clasicos lo hicieron, sin limitarse para aspirar a dar soluciones universales.
No debemos preocuparnos en la universalidad, entidad o temporalidad, sólo en dar soluciones auténticas.
La filosofía americana se ha planteado problemas únicamente porque han sido planteados por la filosofía europea.
Nuestra filosofía se ve como un mal reflejo de la europea.
Menosprecio de lo propio
Analizando a filósofos americanos podemos encontrar en ellos originalidad, sin embargo, no nos interesa este pensamiento.
Antes de conocerlos, damos por supuesto que son una mala copia de lo realizado por la filosofía europea.
Los europeos valoran y revaloran la obra de sus pensadores, artistas y hombres de ciencia.
Los americanos partimos del prejuicio, creemos que lo hecho por los nuestros son un conjunto disparates y absurdos.
Revaloración de lo propio
América parte de una creencia de insuficiencia, nos quejamos de las malas imitaciones y de los distintos modelos.
Nos negamos a tener nuestros clásicos, nos negamos a tener un pensamiento americano por ser diferente al europeo.
Revalorización
Es menester ir a nuestros pensadores y clásicos pero con otros ojos distintos.
Hay que ver este pensamiento como distinto y diverso.
América, específicamente Hispanoamérica se ha sentido insuficiente, esto ha hecho que se procure por asimilar diversas corrientes.
Formando una cultura mestiza, representado una síntesis universal de culturas.
La universalidad debe ser una aspiración para nuestra cultura, pero partiendo de nuestra realidad.
La valorización de nuestra realidad depende de nuestra actitud hacia ella.
La dependencia, problema cultural de América
Este sentido de dependencia origina las actitudes negativas antes mencionadas.
El europeo sabe hacerle frente a su pasado y es capaz de enfrentarse a él, el americano no.
Hegel ha seguido un movimiento dialéctico.
En el cual la superación es al mismo tiempo negación y conservación.
Negar es ser plenamente algo para no volver a serlo.
Es menester que América asimile su pasado de una manera dialéctica.
Si no se desea volver a repetir lo experiencia de nuestros antepasados viviéndola, es menester que la convirtamos en historia.
Debemos hacer una negación histórica.
Toma de conciencia y comprensión histórica
Comprender es tener la capacidad para colocar un determinado hecho en el lugar preciso que le corresponde en el presente.
El historiador de nuestras ideas tiene como misión comprender y hacer comprender nuestro pasado.
Tiene como tarea hacer patente el espíritu que es común en nuestra América.
Comprender el pasado es comprender el presente.
Dentro de nuestras diferencias como individuos es necesario encontrar nuestras características como pueblos determinados.
Es menester que nos entendamos primero a nosotros mismos como pueblos concretos para que entendamos a otros pueblos.
La historia de las ideas en América
El estudio de las ideas tiene un interés creciente.
Ha partido desde la desconfianza de parte de los estudioso de la historia.
Los estudiosos de nuestra era se han encontrado entre dos fuegos:
El de los historiadores que encontraban su labor demasiado abstracta.
El de los profesores de la filosofía que la encontraban demasiado concreta.
Era una labor híbrida que no alcanzaba ser historia ni filosofía.
Nuestro tiempo ha justificado esta preocupación en ambos campos
La historia se volvió preocupación vital
La historicidad se hace patente y presenta en todas las formas de expresión de lo humano.
La filosofía no puede ser ajena a lo histórico
Se inicia la conciencia de la auténtica realidad americana, esta permitirá a América actuar en todos los campos, los cuales hasta ahora le han impedido conocer su propia realidad.
Cultura y filosofía americanas
El problema cultural de América
¿Existe una cultura americana?
Es un problema actual.
Antes el hombre no había tenido necesidad de una cultura propia.
Vivía a la sombra de la cultura Europea.
Hasta que nuestro tiempo demostró que la cultura europea se desmorona destruyéndose a si misma.
El hombre americano se encuentra de golpe con la historia, con la necesidad de cultivas ideas y creencias propias.
El americano ha tenido que resolver los problemas que le ha presentado su circunstancia.
Circunstancia entre la cual esta la cultura europea,
Una forma resolver los problemas ha sido la adopción de soluciones, usando semejantes a las de Europa.
Pero ahora que Europa ya no es una solución sino un problema, América se ve en la necesidad de formar su propia cultura.
Deben buscar nuevas formas de resolver problemas, nuevos puntos de apoyo y eso lo deben hacer por sí mismos.
Esto da origen a una disciplina natural del hombre ante una problemática: la filosofía.
América necesita una filosofía de una original meditación y solución de problemas.
La filosofía en la cultura de América
Francisco Romero en su ensayo titulado Sobre la filosofía en Iberoamérica.
Expone como cada vez crece más el interés por los temas filosóficos en los países de Iberoamérica.
Dando prueba con las recientes publicaciones de índole filosófico y la organización y formación de instituciones donde se estudia y practica la filosofía.
Etapa de normalidad filosófica
Etapa en la cual el ejercicio de la filosofía es considerado como una función ordinaria de la cultura.
La filosofía deja de ser labor para solitarios y el filósofo deja de ser el genio incomprendido.
La filosofía es algo que se hace cuando se necesite.
América tendrá una filosofía y una cultura cuando las necesite.
La filosofía como verdad eterna
La filosofía pretende que sus verdades son verdades universales, válidas para todo espacio y tiempo.
Cada filósofo ha pretendido tener la verdad.
Lo que significaría que los demás filósofos han tenido errores y falsedades.
La realidad es que la historia filosófica nos ha mostrado que no se ha alcanzado una verdad eterna.
La pretensión de obtener la verdad ha hecho a la historia de la filosofía una historia de contradicciones.
Dios, naturaleza, espíritu positivo, etc. son los diversos nombres que se dan al principio de los principios.
El filósofo y la filosofía se consideran siempre ligados a tal principio pretendiendo ser poseedores.
La filosofía es un instrumento para alcanzar verdades eternas, fuera de tiempo y lugar.
La filosofía como verdad histórica
La filosofía es obra de hombres y para hombres y tiene que participar del carácter esencial de lo humano.
La esencia de lo humano es la historia.
El hombre se encuentra siempre situado en una determinada circunstancia.
Esta se presenta como problema, pero a la vez también como solución.
El hombre tiene que buscar cómo resolver el problema, cómo vivir su circunstancia, cómo adaptarla a su vida y cómo adaptar su vida a ella.
La historia de la cultura es la historia del hombre en la lucha con su circunstancia.
La verdad de cada hombre o generación no es una expresión de una determinada concepción del mundo y de la vida.
Las verdades filosóficas como intentos de soluciones son circunstanciales.
Ha sido el querer hacer verdades circunstanciales verdades eternas, lo que ha dado lugar a las contradicciones e inadaptaciones historicas.
Estas verdades circunstaciales ha dado lugar a que se hable de la posibilidad de una filosofía americana.
La filosofía como verdad circunstancial absoluta
El hombre ha pretendido resolver sus problemas de una vez y para siempre, pero esta en la esencia del hombre mismo el no poder lograr el fin.
Cada hombre y generación pretende modificar siempre su mundo, de acuerdo con una nueva concepción de la vida que considera propia.
Son estas nuevas concepciones las que platean nuevos problemas y le urgen nuevas soluciones.
Conforme a los nuevos puntos de vistas, a las nuevas ideas e ideales se tratará de realizar y modelar su circunstancia.
Las verdades de una nueva generación no son relativas, sino absolutas.
Y este sentir las verdades como absolutas viene de que la realidad que se vive es también absoluta.
La verdad de cada hombre o generación es absoluta, lo que no es absoluto es el lugar que cada hombre o generación ocupa en la realidad.
Los hombres paerticipan en una verdad ciscunstancial.
Que a su vez participa en una más amplia, junto con otros hombres, una verdad social.
Pero esta igual participa en otra más amplia, en la cual los hombres se identifican como hombres, la llamada ciscunstancia humana.
Finalmente todos los hombres por ser hombres participan en una circunstancia que les es propia: humanidad.
El hombre como valor universal
La filosofía en último término trata de resolver los problemas de la circunstancia llamada humanidad.
Por esto pretende que sus verdades sean verdades absolutas y universales.
Paro esto se tropieza con la esencia de los autores, quienes tratan de alcanzar una verdad que salve a la humanidad de sus circunstancias.
Esta circunstancia impide la salvación de toda la humanidad.
La filosofía es circunstancial.
Hay que responder los problemas circunstanciales pero con miras a la solución de los problemas de todo hombre.
América como valor humano
Es posible la existencia de una filosofía americana por ser la filosofía una tarea humana que se realiza cuando se considera necesaria.
Nuestra filosofía será americana, por un lado, por estar hecha por americanos, por otro lado, porque alcanzará un cierto valor universal.
Necesitamos conocer nuestros límites, la circunstancia americana.
Para que a partir de ellos podamos conocer cuál puede ser nuestra aportación a los problemas.
Del hombre en general, a la cultura universal.
América como situación vital
América y su relación con la cultura europea
Ha sido un replanteamiento el que nos ha conducido a la cuestión de cómo vamos a resolver nuestro problemas.
Una vez descartada, la fuente de nuestras soluciones, se cree que es el momento oportuno para liberarnos del coloniaje cultural de Europa.
Nuestra relación con América.
Una semejante a como la ha venido siendo para culturas como la oriental.
Una relación semejante a la que tiene el hijo con el padre.
Nuestra manera de pensar, nuestras creencias y nuestra concepción del mundo son europeas, sin embargo, las sentimos ajenas.
No sentimos a la cultura europea como nuestra.
Inadaptación del hombre americano
Lo mal esta en que nos queremos adaptar a la cultura europea y, no lo contrario, adaptar esta a nosotros.
Pero no la adaptamos a nuestra circunstancia, porque esto implicaría reconocer nuestra personalidad, nuestro propio ser.
Es sabernos americanos, lo cual nos empañamos a no querer reconocer.
Esta enfermedad se llama Criollismo en Hispanoamérica.
El criollo es un inadaptado.
No se siente ni americano ni europeo. Se siente inferior a uno y superior a otro.
El criollo trata de demostrar que es tan europeo como el nacido en Europa.
Nuestra cultura no es repetición de la europea aunque es su más segura continuación.
Su destino tiene que serle propio, el que le corresponda a sus circunstancias.
La inadaptación surge por no querer reconocer esta situación.
América como tierra de proyectos
Europa ha sido la primera en negar una historia a América.
La ha dotado de futuro pero le arrancó todo el pasado.
América es un mundo nuevo, sin historia.
América es una posibilidad no una realidad.
Al hombre se le define por su historia y así se le diferencia de cualquier otro animal o ser.
Pero el americano parece no tener, aunque realmente si tiene.
Únicamente que se niega a reconocerla.
El americano no quiere hacer de América sino lo que el europeo quiere que sea.
Sentimiento de inferioridad
El no ver en Americo sino lo que Europa quiere, provoca un sentimiento de inferioridad.
Lo propio americano es considerado por sí mismo como de poco valor, por eso el empeño en imitar.
Este sentimiento de inferioridad es presentado por América sajona con el afán de reproducir en grande todo lo realizado por Europa.
El hispanoamericano a diferencia del norteamericano, no oculta su sentimiento de inferioridad, lo exhibe, se auto denigra constantemente.
Nos nos encontramos a nosotros mismos porque no nos queremos buscar, nos consideramos demasiado poco, no sabemos valorarnos.
Esto provoca que no nos atrevamos a realizar nada por nosotros mismos.
Faltos de tradición, sin ideales propios, no nos importa ni el pasado, ni el futuro, nos importa el hoy.
De aquí que nuestra política se haya transformado en burocracia.
El egoísmo es el digno corolario del sentimiento de inferioridad.
Egoísmo que se traduce en desconfianza.
Esta desconfianza imposibilita una verdadera política.
Mayoría de edad americana
El origen de nuestros males es nuestro querer ignorar nuestras circunstancias de nuestro ser americano,
Nos hemos enfocado en ser americanos al cien por ciento, y al fracasar nos sentimos inferiores.
Gracias a nuestra irreductible americanidad nos encontramos con la posibilidad de una tarea adentro de una cultura universal.
La cultura necesita nuevos ideales, nuevas formas de vida que América puede proporcionar.
No debemos irnos al otro extremo e intentar borrar toda relación con la cultura europea.
Somos hijos de dicha cultura y esto es algo innegable.
Ser conscientes de nuestra verdadera relación con la cultura europea puede eliminar el sentimiento de inferioridad que nos agobia.
El hombre americano, debe sentirse responsable ante el mundo, debe tomar la tarea que le corresponda.
A este sentimiento Reyes la llama "mayoria de edad".
El americano se sabe legítimo heredero de la cultura occidental y por lo tanto debe buscar su lugar en ella y colaborar con ella.
América en la conciencia europea
América como creación utópica de Europa
El descubrimiento del Continente Americano surge de la necesidad que siente el europeo de un mundo nuevo.
El azar no tiene que ver con esto, Europa descubre a América, por esto la descubre.
Antes de este momento histórico el europeo había mostrado gran respeto por lo desconocido, pero era menester buscar nuevos ideales y nuevas creencias.
Todo lo que el europeo necesitaba, anhelaba y carecía, fue colocado en esas tierras desconocidas.
Una aventura de la conciencia europea
En lo hecho por otros se encontraba el origen de todas las desigualdades: políticas, sociales, religiosas, morales y de opinión cultural.
Desigualdades que han dado origen a sangrientas y largas guerras.
La desigualdad tenía origen en algo remoto pero accidental.
Tenía origen en el hecho de que los individuos toman diversos caminos orientados por una serie de prejuicios: educación, costumbres, etc.
Nace también ese considerar las cosas desde puntos de vista diferente.
¿Cómo acabar con las desigualdades?
Rompiendo con el pasado y la sociedad, rompiendo con lo hecho por otros, o, aceptandolo sólo provisionalmente, a reserva de algo nuevo.
América como tierra de evasión
La realidad europea, por insuficiente, empuja a este hombre al descubrimiento de una tierra que, por desconocida llena su imaginación y fantasía.
América posee todas las posibilidades.
El hombre de América, es el "buen salvaje", el hombre natural, el hombre bueno por naturaleza.
El descubrimiento de América es el fruto de la nueva conciencia, en ella proyectaran los ideales del Nuevo Mundo.
El paso de la Edad Media a la Edad Moderna será uno de los pasos más difíciles de la historia de la cultura occidental.
La Iglesia y el Feudalismo se niegan a dar paso a las nuevas formas sociales.
El hombre europeo tenia la necesidad de establecer un mundo nuevo.
En donde se eliminaran todos los antagonismos, limadas todas las desigualdades de criterio.
Para ello es menester desembarazarse del pasado, de ese pasado que dividía y originaba todas las violencias.
Era necesario empezar otra historia, una historia sin contratiempos, sin obstáculos.
América se volvió así el Nuevo Mundo por excelencia, al que aspiró el hombre renacentista.
El pasado, lo hecho, no podía imponerse al nuevo hombre.
América era la nueva tierra de promisión, tierra de promesas, de posibilidades.
América no vino a ser otra cosa que otra Europa.
Lo más firme y seguro estaba en la razón, en lo que hace de un hombre un hombre.
Todo lo demás, por relativo y accidental, dependía de la elección, de u libertad.
Consciente de su libertad de elección, el hombre moderno aceptaría el mundo dado con el carácter provisional, a reserva de cambiarlo.
La conciencia de su libertad llevaría al individuo, en una primera etapa, a la pura evasión de su realidad.
"Utopía", ejemplo de Europa
En América se reflejarán los proyectos que en su afán de nueva libertad imagina el europeo.
Se debe establecer un nuevo orden, que tenga como base la propia libertad del hombre.
Una libertad, que a sí misma a de decir limitarse´dando así origen a un nuevo tipo de sociedad.
Leyes, costumbres y formas de políticas que tienen su origen en una planificación racional.
Orden racional aceptado libremente por la mayoría.
Un orden que pondría fin a las sangrientas disputas que sobre opiniones de todos los tipos se planteaban en Europa.
Para los utopistas, lo fantástico era el encuentro de sociedades bien gobernadas.
En las ciudades podrían encontrarse los modelos para corregir los errores de otras ciudades, naciones y pueblos.
La planificación de las ciudades es semejante a la planificación de las costumbres, religión, leyes, etc. por esto son perfectas.
Todas están hechas de acuerdo con un plan, no interviene en ellas el azar.
Aquí todo ha sido construido de acuerdo con un plan racional. De ahí su perfección y sencillez.
Cada cosa está en su lugar, de acuerdo con este plan. Por esto Utopia es una ciudad maravillosa, sencilla y firme.
Los hombres de la Utopía son felices porque son naturales.
La mayor parte de los habitantes de una Utopía creen en un sólo Dios, eterno, inmenso e inexplicable.
América y la aventura moral de Europa
Tanto América como el sistema cartesiano son una creación de la conciencia europea.
Un nuevo humanismo se hace patente lo mismo en la filosofía cartesiana como en el hombre que se ha lanzado al descubrimiento y Conquista de América.
El humanismo se apoya en el individuo, es el eje entorno al cual construirá un nuevo mundo.
El individuo es el único responsable del mundo que va a formarse.
El nuevo hombre no responde ya ante poderes tradicionales o divinos, sino ante sí mismo.
El nuevo tipo de sociedad se apoya es esta moral, su fuente es ,a voluntad autónoma del individuo.
Por primera vez el hombre abandona toda justificación externa a sus actos y asume la responsabilidad de los mismos.
La misma voluntad que libremente había creado este mundo podria tambien destruirlo.
En esta aventura América será sólo el estímulo de Europa.