Desconoce que el hombre es un sistema abierto, es decir, que ninguna alternativa de actuación es necesaria, que ninguna determina al hombre, y que el decidirse por una u otra, es libre, y por tanto, responsable, ético.
El positivismo es ciego ante la virtud.
No se da cuenta que cualquier acción externa repercute en un mejoramiento o empobrecimiento interno