No se trata solo de saber cómo y cuándo ha surgido materialmente el cosmos, ni cuando apareción el hombre, sino que más bien de descubir cuál es el sentido del origen: si está gobernado por el azar, un destino ciego, o bien un ser trascendente, inteligente y bueno, llamado Dios. Esto es, si el mundo procede de la sabiduría y de la bondad de Dios