La economía del Imperio romano se caracterizaba por la agricultura y el comercio como actividades principales. El cultivo principal eran los cereales (sobre todo el trigo) y las leguminosas, y aún más tarde se llegó a las viñas y se importó el olivo. Era rica en recursos como cobre, oro, hierro, plomo, sal, plata y estaño, materiales de gran demanda en el Imperio romano. Los tipos de ganado eran: Ganado bovino (vacas, bueyes): Se utilizaban para tirar de los arados, para prensar los granos de cereal, para obtener carne y leche. Ganado ovino (ovejas): Se utilizaban para obtener carne y lana. Existían los alfareros, músicos de tibia, orfebres y plateros, carpinteros, tintoreros, herreros, panaderos y lavadores. En este punto, los gremios artesanales pasaron a ser órganos del gobierno.