Los mercadólogos aprendieron hace mucho tiempo que, en las mentes de los consumidores, ciertos
productos tienen una fuerte asociación geográfi ca (por ejemplo, la crema de almeja de Nueva Inglaterra). En consecuencia, para utilizar la geografía en el nombre de un producto, los fabricantes le crean
a éste una personalidad geográfi ca, la cual suele guiar el patrimonio geográfi co para la marca, de tal
forma que en la memoria del individuo el conocimiento de la marca refl eje una fuerte asociación geográfi ca.