Se desarrolla durante la niñez temprana (1-3 años). Los niños adquieren autonomía al aprender a caminar, controlarse solos, etc., al estar aprendiendo a hacer las cosas por si solos, pueden fallar en el intento, lo cual les genera desconfiar de sí mismos. Si sus esfuerzos son despreciados por los adultos, pueden desarrollar vergüenza y un sentido duradero de inferioridad.