Este concepto incluye diversas habilidades,
como reconocer las emociones y la manera en la que influyen en la realización de las actividades, controlando lo que sentimos y mantener la motivación hasta alcanzar el objetivo propuesto.
Por lo tanto, estas aptitudes son importantes en el ámbito profesional de un ingeniero, ya que al tener conocimientos sobre las diversas áreas de una compañía y competencias para dirigir organizaciones, se deben tener las herramientas para trabajar bajo presión, manejar situaciones de crisis y tomar la dirección de la forma correcta.
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