En el mundo empresarial se le da un lugar importante a la aprehensión de conceptos teóricos pero, en menor medida, a la dimensión de la educación práctica o referida al qué hacer. Este tipo de enseñanza puede servir a los profesionales a lidiar con jefes conflictivos, a llevarse mejor con colegas, a tratar con proveedores, etc. Pero, en el caso de los directivos, el proceso de toma de decisiones resulta crucial.