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Enfrentar la muerte y la perdida - Coggle Diagram
Enfrentar la muerte y la perdida
La muerte es un capítulo importante del desarrollo humano. La gente cambia en respuesta a la muerte y la agonía, sea la propia o la de un ser querido.
CAMBIOS FÍSICOS Y COGNOSCITIVOS QUE PRECEDEN A LA MUERTE
Algunas personas que han estado a punto de morir hablan acerca de experiencias cercanas a la muerte, las cuales involucran a menudo la sensación de estar fuera del cuerpo o de ser succionado en un túnel con visiones de luces brillantes o encuentros místicos.
En un estudio realizado con pacientes cardiacos que fueron “regresados” después de la muerte clínica, sólo alrededor de 18% informó de una experiencia cercana a la muerte.
El descenso terminal, o deterioro terminal, se refiere específicamente a la decadencia general que se observa en las habilidades cognoscitivas poco antes de la muerte incluso cuando se controlan factores como los demográficos y de salud.
DE CARA A LA PROPIA MUERTE
El modelo de Kübler-Ross ha sido criticado y modificado por otros profesionales que trabajan con pacientes agonizantes
La muerte, al igual que la vida, es una experiencia individual. Para algunas personas la negación o la ira pueden ser formas más sanas de enfrentar la muerte que la aceptación tranquila.
PATRONES DE AFLICCIÓN
La respuesta emocional que se experimenta en las primeras fases del duelo. La aflicción, como la agonía, es una experiencia sumamente personal.
Múltiples variaciones de la aflicción
Aunque el patrón descrito sobre el trabajo de aflicción es común, éste no necesariamente sigue una línea recta del choque a la resolución.
El modelo clásico del trabajo de aflicción
Este proceso del trabajo de aflicción , la solución de los problemas psicológicos relacionados con la pena, a menudo adopta la siguiente trayectoria, aunque al igual que las etapas de Kübler-Ross, puede variar.
Choque e incredulidad
Inmediatamente después de una muerte, los supervivientes suelen sentirse perdidos y confundidos.
A medida que toman conciencia de la pérdida, el aturdimiento inicial cede el paso a sentimientos abrumadores de tristeza y llanto frecuente.
Preocupación por la memoria de la persona muerta
En la segunda etapa, que puede durar de seis meses a dos años o algo así, el superviviente trata de aceptar la muerte, pero no puede hacerlo todavía.
Una viuda quizá reviva la muerte de su marido y toda su relación.
Resolución
La última etapa habrá llegado cuando la persona doliente renueva el interés en las actividades cotidianas.