La psicología social comunitaria
La Psicología Social Comunitaria o Psicología Comunitaria a secas, denominación cada vez más popular, es una de las ramas más recientes de la psicología.
Hablar de la Psicología Comunitaria, significa, como ha ocurrido con muchas otras ramas de la psicología, en sus respectivos comienzos, decir no sólo de qué se trata, sino también deslindar su campo: señalar su objeto y sus objetivos.
"La solución que ofrece ese paradigma, es la de aumentar la capacidad socializadora de cada institución del sistema social mismo".
La primera vez que aparece publicado el término, hasta donde conocemos, es en 1966 con la obra de Bennet, y cols.: Community Psychology: A report of the Boston Conjerence on the Education OF Psychologists [or Comunity Mental Health.
Algunos la proponen como una forma de Psicología aplicada, dados sus nexos en los EE. UU. con el movimiento pro salud mental en la comunidad, de larga data, y con la política de guerra a la pobreza.
Leo Mann (1978), considera que son tres las áreas funda- mentales que constituyen el objeto de la Psicología Comunitaria: el análisis de procesos sociales; el estudio de las interacciones en un sistema social específico y el diseño de intervenciones sociales.
Podríamos describir a la Psicología Comunitaria como la rama de la psicología cuyo objeto es el estudio de los factores psicosociales que permiten desarrollar, fomentar y mantener el control y poder que los individuos pueden ejercer sobre su ambiente individual y social, para solucionar problemas que los aquejan y lograr cambios en esos ambientes y en la estructura social.
Trata del desarrollo individual, pero tal como lo planteamos en la definición anterior, también es un desarrollo que va más allá del individuo, pues su objetivo último será lograr no sólo un cambio psicológico en las personas, sino, además, al afectar su hábitat y con él las relaciones individuo-grupo y grupo-sociedad, generar cambios tanto cuantitativos como cualitativos que colocarán esas relaciones en un nuevo nivel.
Aparte de esta fuente inicial, la Psicología Comunitaria se ha alimentado teóricamente de otras que le han proporcionado explicaciones adicionales: En primer lugar, tenemos las teorías de la Tensión Social o Stress Social, complementadas con elementos provenientes del interaccionismo simbólico y de la tendencia hacia una Psicología Ecológica Transaccional, como la propuesta por J. R. Newbrough y sus asociados.
La noción de tensión social (Social Stress). Esta noción se encuentra en la base de la explicación teórica que presenta Bárbara Dohrenwend (1978), en su modelo conceptual para la Psicología Comunitaria, y está presente también en el movimiento ecológico transaccional propuesto en el Centro Kennedy para la investigación en Educación y Desarrollo Humano (EE. UU.). El concepto central del modelo, obviamente, es el de tensión, presentado en su versión concreta: vida que genera tensión (Stresstul lite); definida como aquella que produce cambios y exigencias mayores y más acuciantes, cuando no son deseados por el individuo.
El interaccionismo simbólico y la Psicología Ecológica Transaccional están en la base del enfoque que da a la Psicología Comunitaria un importante grupo de investigadores universitarios puertorriqueños.
De la primera corriente teórica se toma la noción de rol, la de valores, la de actitud y la de ideología, como procesos mediadores, así como el principio de explicar patrones de pensamiento, emoción y conducta, de acuerdo con las interpretaciones subjetivas de los significados y motivos de quienes están presentes en la situación.
De acuerdo con esta posición teórico- práctica, que coincide con algunas de las proposiciones de Fals Borda, la intervención está destinada a producir un cambio, no sólo en la comunidad sino también en el interventor, quien se involucra en la situación. Ese cambio es entendido como la posible alteración en la función o en la forma, de un grupo significativo, o del orden social.
Escovar (1979), considera entonces en su teoría, que hay factores estructurales: Una estructura social con posiciones de poder y posiciones de subordinación, más la carencia de control sobre el medio ambiente físico y sociocultural.
El desarrollo comunal deberá por lo tanto involucrar también estrategias para la superación de tales obstáculos, a largo plazo, manteniendo siempre a la comunidad en el control de la situación, so pena de fracasar.
Lo que Marx llamó una "pérdida de realidad" que lleva a una inversión de valores y a las expectativas negadoras del éxito.
La Psicología Comunitaria se presenta entonces como una vía de interacción, generadora de tecnología social, cuyo objetivo es lograr la autogestión para que los individuos produzcan y controlen los cambios en su ambiente inmediato.
La Psicología Comunitaria nace de una práctica transformadora, enfrentada en situación, apela ti una pluralidad de fuentes teóricas, para intentar en el momento actual la elaboración de un modelo teórico integrador, ajustado a una realidad, que es responsable del surgimiento mismo de la disciplina, así como la creación de una metodología basada en la acción y la participación, que sea una respuesta alterna a los modos convencionales de estudiar los grupos sociales.
Y como está planteada actualmente, es una psicología de la acción para la transformación, en la cual investigadores y sujetos están del mismo lado en la relación de estudio, pues ambos forman parte de la misma situación.
Rocio Yareli Padilla Torres
28/09/2021