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Lesiones de Tejidos Blandos - Coggle Diagram
Lesiones de Tejidos Blandos
Las lesiones traumáticas de cabeza y cuello son poco frecuentes en pediatría y representan aproximadamente 1-2% de las visitas al Departamento de Urgencias
La etiología es variable, desde mordeduras (por ejemplo por perros, seres humanos), violencia interpersonal, las colisiones de vehículos de motor, relacionados a deportes y en algunos ambientes de trabajo
Las lesiones de partes blandas representan un desafío ya que pueden provocar gran ansiedad al paciente y a su familia dada la importancia de la estructura facial en el bienestar de un niño.
La evaluación inicial comienza con la implementación de las medidas de soporte de vida avanzadas para trauma con un enfoque en la reanimación adecuada, estabilización de la vía aérea y la atención a lesiones potencialmente mortales.
Investigar el mecanismo y la localización de la lesión
Debe medirse la herida, y clasificarse según su tipo.
Los tipos de heridas incluyen
aplastamiento
puntiforme o avulsiones
Laceraciones
Aunque la lesión no parezca estar sobre un área sensible, deben observarse y documentarse los movimientos faciales, sensibilidad y función.
Es imperativo evaluar la función nerviosa antes de la infiltración del anestésico local ya que esto puede ocasionar parálisis temporal y alterar el examen.
La cavidad oral también debe ser examinada a fondo, específicamente para localizar laceraciones mucosas, o detectar perdida de dientes en cuyo caso habría que evaluar la posibilidad de broncoaspiración
El grado de contaminación y la presencia de cuerpos extraños deben tomarse en consideración para establecer si la herida está “limpia” o “sucia”.
Debe evaluarse: el mecanismo de la lesión, el tiempo transcurrido desde la lesión hasta la evaluación para determinar si es contaminada o infectada lo que determinará si será necesario el uso de antibiótico.
Antes de reparar la lesión, debe prestarse una cuidadosa atención a la limpieza y preparación de la herida.
El área también debe ser examinada minuciosamente para retirar tejido desvitalizado, cuerpos extraños y evaluar todas las estructuras involucradas.
La herida debe ser irrigada abundantemente con solución salina normal o lactato de Ringer. Generalmente no utilizamos soluciones de yodo-povidona (betadine) a menos que la herida este muy contaminada ya que esta solución puede producir una reacción inflamatoria y comprometer la reparación.
Una vez que la herida está lista para su reparación, las principales metas son restaurar la función y la estética.
Una vez la herida esté preparada para el cierre, debe considerarse cuidadosamente el tipo de sutura a utilizar y su colocación.
Las opciones para el cierre de la piel incluyen las suturas, uso de tiritas estériles (steri-strips) o adhesivos de cianoacrilato. Puede utilizarse una variedad de suturas de piel como las de rápida absorción , crómico, nylon o polipropileno (prolene).
El uso de antibióticos es un tema muy debatido en los cuidados postoperatorios en lesiones de tejidos blandos
Las lesiones de tejido blando en cabeza y el cuello por mordidas son comunes en niños, y la mayoría de esos (~ 50%) son debidas a animales de la familia de la víctima.
Las laceraciones del labio que implican el área del borde del bermellón requieren una atención meticulosa para evitar un defecto cosmético significativo.
Las lesiones de tejido blando en cabeza y el cuello por mordidas son comunes en niños
Las laceraciones en la mejilla pueden resultar en una gran morbilidad.
Aunque las lesiones en paladar generalmente no requieren cierre, debe prestarse mucha atención a los niños que se presentan con traumatismo en esta área.