Los estados financieros, especialmente el balance general, presentan el valor contable de los recursos y las obligaciones de la entidad cuantificables confiablemente con base en las NIF, y no pretenden presentar el valor razonable de la entidad en su conjunto. Por ende, los estados financieros no reconocen otros elementos esenciales de la entidad, tales como los recursos humanos o capital intelectual, el producto, la marca, el mercado, etcétera.