Actualmente es una zona arqueológica que se recorre a través de un pasillo, donde se pueden apreciar restos del maravilloso Templo de 60 metros de altura, dedicado a Huitzilopochtli, dios solar de la guerra, y a Tláloc, el dios de la lluvia, así como algunos altares y adoratorios; destaca el Tzompantli, altar recubierto de calaveras humanas. Se localiza en el Centro Histórico de la Ciudad de México, a un costado de la Catedral Metropolitana.