La educación se basa en muchos saberes, no es sencilla. Todo el mundo, desde el gobierno, pasando por las escuelas, profesores y terminando por los padres, deberían plantearse cómo se está educando ahora a los niños, a las generaciones del futuro y seguramente todos llegarían a la conclusión de que debemos cambiar.
Es posible reconocer la unidad y la complejidad humanas reuniendo y organizando conocimientos dispersos en las ciencias de la naturaleza, en las ciencias humanas, la literatura y la filosofía y mostrar la unión indisoluble entre la unidad y la diversidad de todo lo que es humano.
Para Morin, el imaginario colectivo es el conjunto de deseos, valores y prácticas sociales, que constituyen un dualismo entre la imaginación y la realidad. De forma que la industria cultural se pone al servicio del imaginario colectivo, como cualquier elemento inventivo y creativo necesario para cualquier producto cultural.
Las ideas de Morin ayudaron a la creación de la teoría culturológica, con la finalidad de estudiar la cultura de masa para individualizar los aspectos antropológicos y las relaciones que se instauran entre el consumidor y el objeto de consumo.