El clima del lugar se caracteriza por la influencia del factor latitudinal y cercano al mar, su ubicación subtropical le otorga el carácter de templado, teniendo una variedad climática inspirada en el mismo mar que lo rodea, el Mediterráneo. El clima Mediterráneo se caracteriza por una estación seca y calurosa y un invierno frío y con presencia de precipitación, aunque esta es la etapa del año más breve, habiendo en ocasiones largos meses de sequía. A pesar de ello la presencia de este tipo de clima sumado a las naturales fuentes de agua dulce, enriquecidas por la existencia de cadenas montañosas, permitieron que Roma gozara de una amplia ventaja agropecuaria, pues lo cultivos crecen en estas condiciones casi sin dificultades e incluso de manera excepcional, destacándose los olivos y las vides, pues la vegetación que mejor se da son árboles y arbustos de mediana altura.