Se cree que los rayos cósmicos habituales (con energías miles de millones de veces menores) se generan en remanentes de supernova, explosiones estelares y otros fenómenos astrofísicos violentos. Los de mayor energía, sin embargo, procederían de aceleradores de escala galáctica aún sin identificar. Hace unos años, un estudio halló que estas partículas ultrarrápidas parecían provenir de una zona concreta del cielo en la que, sin embargo, no parecía haber ninguna fuente identificable. Hoy por hoy, el misterio de las partículas más energéticas del cosmos sigue abierto.