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Lengua propia y exclusión social: los dialectos regionales y las lenguas…
Lengua propia y exclusión social:
los dialectos regionales y las lenguas vernáculas
LENGUAS VERNÁCULAS Y DERECHOS COLECTIVOS
En el Artículo 41, Sección V (Cultura), de la Declaración Universal de Derechos Lingüísticos, se establece que: “Toda comunidad lingüística tiene derecho a usar su lengua y a mantenerla y potenciarla en todas las expresiones culturales”.
En los Artículos 1 y 3 se efectúan las siguientes precisiones conceptuales:
a) se entiende como comunidad lingüística toda sociedad humana que, asentada históricamente en un espacio territorial determinado, reconocido o no, se autoidentifica como pueblo y ha desarrollado una lengua común como medio de comunicación natural y de cohesión cultural entre sus miembros
b) se considera como derechos personales inalienables, ejercibles en cualquier situación, “el derecho al uso de la lengua en privado y en público”.
Esta última precisión, es decir, el derecho individual al uso de la lengua propia en ámbitos privados y públicos oficiales, implica la educación a través de ella y el aprendizaje de la lengua nacional
En los proyectos educativos gubernamentales de la última década, para las comunidades que hablan lenguas vernáculas, estos derechos colectivos no han sido contemplados
La regionalización de los contenidos (Albarracín, Alderetes 2003a), cuando quedó en manos de funcionarios provinciales ignorantes y desinteresados por la temática, contribuyó más a la asimilación y pérdida de las lenguas y culturas aborígenes que a su preservación y desarrollo
El caso del dialecto quechua de Santiago del Estero es aún más crítico, ya que en todo el territorio quechuahablante sólo hay una única escuela que cuenta con un maestro que imparte rudimentos de la lengua vernácula un par de horas en la semana
La exclusión de la comunidad quechuahablante y la toma de decisiones en su nombre, como por ejemplo la imposición de un sistema de escritura arcaico por medio de una ley provincial, impide que sean los propios hablantes quienes tengan el control real sobre su educación
Es necesario establecer el marco legal para una autonomía lingüística y educativa, base para la reconstrucción de una educación realmente bilingüe e intercultural desde las comunidades mismas. Sin una reforma a fondo en esta dirección no habrá una educación adecuada ni de calidad para nuestras comunidades aborígenes
LOS DIALECTOS REGIONALES
Paradójicamente, el español, lengua dominante y hegemónica en nuestro país, que guarda relaciones de contacto y conflicto con las lenguas aborígenes, según las regiones, presenta diversas modalidades que son discriminadas al igual que las lenguas vernáculas
Respecto del español dialectal del Noroeste Argentino, no hay unanimidad de criterios entre los lingüistas de considerarlo como parte integrante del español andino, pero no cabe duda que conforma una variedad que difiere claramente de otras áreas lingüísticas de Argentina
Obviamente, para el análisis del español de esta área lingüística resulta de gran importancia el conocimiento del quechua; sin embargo, el estudio de dicha lengua no forma parte de la currícula formal de las carreras pertinentes ni constituye objeto de investigación en las Universidades
. Los escasos estudios realizados en la provincia de Tucumán acerca de las influencias de la lengua quechua en la configuración de las modalidades del español regional, en su mayoría han estado orientados a negar o minimizar dicha influencia y a considerar las manifestaciones del dialecto local como meras desviaciones o ‘corrupciones’ del español académico normativo en boca de bilingües de extracción quechua
En consecuencia, que en los niveles educativos oficiales se actúe como si la lengua fuese homogénea en todo el territorio nacional
En el Noroeste argentino, numerosas expresiones usuales llevan a la inmediata corrección por parte del maestro, que no está preparado para entender que detrás de las mismas, operan complejos procesos de transferencia lingüística
En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán, a los alumnos de las diferentes carreras se les explica que la forma ite tiene dos interpretaciones posibles
La primera, que sería una construcción análoga sobre el modelo de “vete”
La segunda, rayana en lo ridículo, que proviene de la fórmula en latín “Ite, missa est” -“Idos, se acabó la misa”- que se utilizaba cuando las misas eran celebradas en dicho idioma
Obviamente, para ime e ilo no hay ninguna explicación. Sin embargo, estos supuestos errores tienen una lógica irrefutable: ilo se utiliza para indicar que la acción puede realizarse simultáneamente con otra, ime se utiliza para indicar que la acción es ejecutada por otra persona en beneficio del sujeto y finalmente, ite se usa como imperativo
En consecuencia, el uso de “ite” no es un error casual y esporádico; junto a “ime” e “ilo” forma parte de un sistema cuya extirpación procura vanamente el maestro. Los usos tan particulares de estos clíticos al parecer resultan inaudibles para los oídos de nuestros lingüistas a pesar de que en las casas y en las calles se los escucha a toda hora
La opresión cultural, social y económica iniciada con la conquista española continúa intacta cinco siglos después, son múltiples las formas bajo las que se manifiesta. Una de ellas, tiene que ver con la unidireccionalidad lingüística que en nuestro país privilegia –de manera excluyente- el desarrollo de la lengua oficial estándar
La preservación de las lenguas y culturas indígenas, depende en gran medida del reconocimiento de los derechos colectivos de las comunidades a crear y controlar sus instituciones educativas. Si bien es deber del Estado apoyar estas iniciativas, sólo la lucha constante de las comunidades logrará romper las barreras burocráticas y desmontar el andamiaje del falso discurso pluri-multi que ha caracterizado las políticas educativas de los últimos años