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La cultura como identidad y la identidad como cultura - Coggle Diagram
La cultura como identidad y la identidad como cultura
Cultura e identidad: una pareja conceptual indisociable
Los conceptos de cultura e identidad son conceptos estrechamente interrelacionados e indisociables en sociología y antropología.
La identidad no es más que el lado subjetivo (o, mejor, intersubjetivo) de la cultura, la cultura interiorizada en forma específica, distintiva y contrastiva por los actores sociales en relación con otros actores.
Breve incursión en el territorio de la cultura
Hemos pasado de una concepción culturalista que definía la cultura, en los años cincuenta, en términos de “modelos de comportamiento”, a una concepción simbólica que a partir de Clifford Geertz, en los años setenta, define la cultura como “pautas de significados”.
No todos los significados pueden llamarse culturales, sino sólo aquellos que son compartidos y relativamente duraderos, ya sea a nivel individual, ya sea a nivel histórico, es decir, en términos generacionales.
Muchos de estos significados compartidos pueden revestir también una gran fuerza motivacional y emotiva.
Además, frecuentemente tienden a desbordar un contexto particular para difundirse a contextos más amplios: “tematicidad”.
La cultura no debe entenderse nunca como un repertorio homogéneo, estático e inmodificable de significados.
Puede tener a la vez “zonas de estabilidad y persistencia” y “zonas de movilidad” y cambio.
“Simbolismo objetivado” y “cultura pública”
Los significados culturales se objetivan en forma de artefactos o comportamientos observables, llamados también “formas culturales”.
“Formas interiorizadas” o “incorporadas” de la cultura
Se interiorizan en forma de “habitus”, de esquemas cognitivos o de representaciones sociales
No existe cultura sin sujeto ni sujeto sin cultura.
Tesis “postmodernas” como la de la “hibridación cultural”
Sólo toma en cuenta la génesis o el origen de los componentes de las “formas culturales”, sin preocuparse por los sujetos que las producen, las consumen y se las apropian reconfigurándolas o confiriéndoles un nuevo sentido.
Es una tesis trillada de lo que suele llamarse “difusionismo” en Antropología.
No se puede interiorizar lo híbrido en cuanto híbrido, ni mantener por mucho tiempo lo que los psicólogos llaman “disonancias cognitivas” salvo en situaciones psíquicamente patológicas.
La cultura es la organización social del sentido, interiorizado de modo relativamente estable por los sujetos en forma de esquemas o de representaciones compartidas, y objetivado en “formas simbólicas”, todo ello en contextos históricamente específicos y socialmente estructurados.
La cultura como operadora de diferenciación
Mostrar cómo las identidades se construyen precisamente a partir de la apropiación, por parte de los actores sociales, de determinados repertorios culturales considerados simultáneamente como diferenciadores (hacia afuera) y definidores de la propia unidad y especificidad (hacia adentro).
La identidad no es más que la cultura interiorizada por los sujetos, considerada bajo el ángulo de su función diferenciadora y contrastiva en relación con otros sujetos.
En este sentido representa el conjunto de los rasgos compartidos dentro de un grupo y presumiblemente no compartidos (o no enteramente compartidos) fuera del mismo.